Historia nebuloso
Al principio del cuento no sabemos nada de los personajes. Al final, todavía no los conocemos muy bien. “Por qué está herido el hijo? ¿ Por qué les mató a sus amigos? ¿ Có mo se murió la madre? ¿ Có mo es Tonaya? Es claro que Juan Rulfo no se enfoque de los detalles de los acontecimientos. La trama y los eventos de la historia no importan mucho. El lenguaje y el estilo de Rulfo demuestra su deseo de enfatizar las emociones humanos y las sensaciones físicas . Siempre emplea frases como, “Sobre su cabello sintió que caían gruesas gotas,” “Sintió que el hombre aquel que llevaba sobre sus hombros dejó de apretar las rodillas,” “No tenemos a quié n darle nuestra lá stima”. El verbo “sentir” y la palabra lá stima, refuerzan el enfoque emocional.
Imágenes ricas
La imaginería del cuento es fabuloso. Para el lector, es muy fácil identificarse con el padre. Por la imaginería de las frases : “los pies … en los ijares como espuelas,” y “las manos del hijo … le zarandeaban la cabeza como si fuera una sonaja,” el lector puede imaginarse cargando a su propio hijo. Por la imaginerí a el lector entra por el texto para comprender las experiencias de los personajes.
Conflicto.
El conflicto entre el padre y su hijo está reflejado por su diá logo. El hijo quiere bajarse de su padre y acostarse: “Se lo había dicho como cincuenta veces.” El padre no le permite, “Y aunque la hubiera, no te bajaría a tomar agua.” Los pecados del ijo son otro fuente del conflicto. “Porque para mí usted ya no es mi hijo. La parte que a mí me tocaba la he maldecido.” “No obstante, el conflicto principal del cuento se relaciona con la esperanza. El padre le dice a su hijo, “Mira bien.” El hijo le dice a su padre “No veo nada,” y el padre contesta, “Peor para ti, Igancio.” No es el culpa de Ignacio que é l no puede ver nada por la oscura de la noche. El problema de Igancio es una falta de la virtud de esperanza. El padre es optimista. En la realidad no tiene buena idea de donde está n: “Este no es ningún camino … Ya hemos pasado el cerro. Y Tonaya no se ve.” Sin embargo, siempre repite unas frases muy positivas, “Ya debemos estar cerca.” Cuando el padre le dice a Ignacio “Dime si no oyes alguna señal de algo o si ves alguna luz,” le invite a Ignacio adoptar una actitud positiva, una actitud llena de esperanza. La luz la ladra de los perros son símbolos de esta esperanza pero Ignacio no aceptan. Es por eso el padre le dice a Ignacio, “Peor para ti.” Al final, el conflicto entre los dos todavía no se resuelve. Las palabras “cuerpo,” “flojo,” “descoyuntado,” sugieren que el hijo se muere. Ignacio no apoyó las esperanzas de su padre: ¿ Y tu no los oías, Ignacio? No me ayudaste ni siquiera con esta esperanza.” Ignacio no tení a la esperanza . Al final perdió el existir porque no oyó ladrar los peros.